
Eran alrededor de las siete de la noche, había ocurrido un terremoto de una magnitud de 4 grados en la escala Mercali, minutos antes de que se vislumbrara sobre el cielo nocturno una estela de luz acompañada de fuertes estallidos. Muchas personas se encontraban fuera de sus casas, cuando el haz de luz se hizo visible, algunos pensaron que se trataba de un meteorito que iba a estrellarse en el territorio nacional, otros que se trataba de la famosa estrella apocalíptica que se precipitaría con la tierra causando una catástrofe universal que acabaría con la raza humana. El ruido era fuerte, asemejaba a una explosión.
Tras la tensión del reciente terremoto, unido a la extraña estela de luz vista en el cielo, todos los espectadores imaginaron lo peor: los niños (y algunos adultos) se pusieron a llorar; las viejas beatas, rezaban; un político se volvió loco (¿o quizás ya lo estaba?); hubo un anciano (única victima del suceso) que murió por un ataque cardiaco; dentro de los moteles, las parejas que se encontraban haciendo el amor salieron corriendo desnudos de las habitaciones.
La histeria colectiva fue tal que algunos hasta llegaron a afirmar que habían visto a los mismos Jinetes del Apocalipsis.
Al final, sólo se trataba de otro de los experimentos de la NASA, pues el espacio aéreo nacional había sido parte de la ruta que había elegido el transbordador Endeavor, debido a las desfavorables condiciones meteorológicas, para aterrizar en el Centro Espacial Kennedy cerca de Cabo Cañaveral (Florida EEUU).
Tras la tensión del reciente terremoto, unido a la extraña estela de luz vista en el cielo, todos los espectadores imaginaron lo peor: los niños (y algunos adultos) se pusieron a llorar; las viejas beatas, rezaban; un político se volvió loco (¿o quizás ya lo estaba?); hubo un anciano (única victima del suceso) que murió por un ataque cardiaco; dentro de los moteles, las parejas que se encontraban haciendo el amor salieron corriendo desnudos de las habitaciones.
La histeria colectiva fue tal que algunos hasta llegaron a afirmar que habían visto a los mismos Jinetes del Apocalipsis.
Al final, sólo se trataba de otro de los experimentos de la NASA, pues el espacio aéreo nacional había sido parte de la ruta que había elegido el transbordador Endeavor, debido a las desfavorables condiciones meteorológicas, para aterrizar en el Centro Espacial Kennedy cerca de Cabo Cañaveral (Florida EEUU).
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